lunes, 27 de enero de 2014

El testimonio de la víctima. Cuestiones a considerar






Después de hacer un breve recorrido por los aspectos más sobresalientes en cuanto al testimonio de personas nos encontramos frente a un hecho muy frecuente y es que el individuo que tiene que relatar lo que ha ocurrido sea al mismo tiempo víctima de ese suceso. Por ello se puede intuir que nos hallamos entonces ante un caso que es claramente diferente de los demás.

Resulta evidente que, en principio, nos encontramos con niveles de estrés mucho más elevados que en los casos en los cuales el testigo no es víctima; aún más, puede ser que la víctima se halle en una situación totalmente crítica, bien porque está inmersa en un ataque de llanto o porque esté bloqueada por completo o presente diversos patrones conductuales todos ellos originados por la situación de crisis en la que se encuentra.

No debemos olvidar que si bien las víctimas de delitos presentan en general características comunes, son diferentes los problemas a los que nos vamos a enfrentar a la hora de recoger su testimonio si nos referimos a víctimas de violación, accidentes graves, víctimas de robos, víctimas de agresiones dentro del ámbito familiar o si esas víctimas con niños.

Existen unas pautas generales que se aplican en el seno de la Policía y atiende a las víctimas de los siguientes delitos: agresiones sexuales, violencia doméstica, accidentes graves, robos con uso de intimidación o fuerza, delitos contra menores, y otro tipo de delitos que aconsejen la puesta en marcha del programa según sea el estado en el que se encuentra la persona.
Estas pautas tienen como objetivo actuar sobre la persona en el primer momento en que esta tiene relación con la policía, ya sea en el lugar de los hechos o cuando la víctima se persona en dependencias policiales para poner una denuncia. Es obvio que las primeras personas que tendrán relación con ella serán los policías y para estos casos en concreto se ha realizado una formación específica dirigida a estos profesionales.

Con todo esto se pretende proporcionar a los policías tanto los conocimientos necesarios para tratar de forma adecuada a las víctimas, como la posibilidad de participar en una visión más amplia de estos casos no quedándose en una labor policial impermeable sino que abarque otros campos de actuación que han de ser tenidos en cuenta.

Independientemente del lugar donde se produzca la intervención policial, se mantendrá una entrevista con la víctima en un espacio que le permita preservar su intimidad y privacidad. Durante el desarrollo de esta entrevista se tendrá en cuenta:

1-Solicitar la presencia del psicólogo según la tipología denunciada y previa información a la víctima.

2-Evitar esperas e interrupciones así como cambios de instructor del atestado en esta fase de las diligencias.

3-Procurar que el lugar donde se recoge la denuncia sea lo suficientemente cómodo para salvaguardar la intimidad de la persona durante su relato de los hechos.

4-Procurar un trato personalizado, identificándose el agente e informando de los trámites que van a iniciarse sin olvidar mostrar interés por las posibles necesidades personales inmediatas de la víctima.

5-Solicitar un relato de los hechos, haciendo posteriormente las preguntas necesarias e ir de lo más general a lo más particular y personal.

6-Evitar comentarios directos o a terceros que puedan ser oídos por la víctima e interpretados por ella como autoculpabilizadores de lo ocurrido.

7-La policía cuidará que la víctima pueda regresar a su domicilio con las máximas medidas de seguridad.

8-Alejarse de actitudes paternalistas y evitar los consejos personales que puedan dar lugar a crear expectativas en la víctima de difícil consecución.

9-Intentar establecer un buen contacto con la víctima: empatía, escucha, posición cercana y respetuosa.

10-Ayudarla a la acción. Examinar con ella el problema objetivamente, no minimizar ni dramatizar, ayudándole a la toma de decisiones.

11-La entrevista debe realizarse sin interrupciones.

12-Explicarles el por qué de cada pregunta antes de formularla.

13-Ayudarle en la sistematización y puesta en orden de la información facilitada.

14-Propiciar que la víctima comience cuanto antes a tomar decisiones y tome parte activa en el proceso de la denuncia. El estímulo de la denuncia se comprende como acción que se emprende para romper la sensación de indefensión. Se debe entender el estado emocional de la víctima, y no juzgar su decisión en caso de no querer presentar denuncia o en el caso de retirarla posteriormente.

15-No es conveniente proceder a la toma de declaración inmediatamente, es mejor que primero relate los hechos y se desahogue.